viernes, 7 de noviembre de 2014

Las ideas de Laura Gutman


Hace unos días las redes sociales se revolucionaron por un polémico escrito de la ¿psicóloga? Laura Gutman. Se la acusaba de relativizar (o en el peor de los casos justificar) el abuso sexual de menores. Abordemos entonces sus ideas y sus proyectos.


Lo cierto es que ese artículo es bastante ambiguo. No se puede decir a ciencia cierta que justifique o minimice los abusos. Pero sus ideas poco claras dan lugar a esa interpretación. Dice frases como Los adultos nos enamoramos de un niño necesitado, solo, desamparado y que nos inspira ternura. ¿Por qué? Porque ese niño nos recuerda al niño que fuimos: tímidos, exigidos y a la deriva. Ese niño ejerce sobre nosotros una atracción automática. Queremos protegerlo y amarlo de alguna manera. ¿Cuál es el problema? El problema es que somos totalmente inmaduros. ¿Por qué? Porque no fuimos amados durante nuestra niñez, ni cuidados, ni protegidos ni amparados. Crecimos esperando obtener amor alguna vez. Así crecimos. Pero nuestra capacidad emocional se estancó en  aquella espera. Vivimos dentro de un cuerpo de adulto pero tenemos organizadas las emociones como si fuéramos niños hambrientos. ¿Qué nos pasa cuando nos relacionamos con un niño tierno? Lo queremos devorar. ¿Cómo lo devoramos? Lo tocamos. Lo acariciamos. Lo abrazamos, nos frotamos contra él. Le compramos regalos. La confidencialidad compartida, el secreto guardado entre ambos como un estupendo tesoro y los pequeños momentos de encuentro son vividos -desde nuestra emocionalidad infantil- como un momento sublime. ¿Pero acaso no nos damos cuenta que estamos haciendo algo malo? Depende. Podemos percibir que es una relación socialmente condenable. Pero honestamente, también es condenable que nuestra infancia haya sido horrible, que nadie se haya ocupado de nosotros o incluso que la única persona que nos cuidó, nos haya proporcionado amor bajo la misma forma de abuso. ¿Entonces? ¿Qué es lo que está bien y qué es lo que está mal? Desde nuestro punto de vista de adultos con emocionalidad de niños…sólo tratamos de satisfacer nuestro vacío..

No es la primera vez que Gutman cae en este tipo de cosas poco felices. En otro de sus artículos, en el cual dicho sea de paso adopta posturas similares a la pseudocientífica PNL, dice: Aquí tenemos un problema importante porque la conciencia sólo recuerda lo que es nombrado. Esto significa que, si nos acontece algo que nadie nombra, no lo recordaremos.  Por ejemplo, podemos haber padecido abusos sexuales en nuestra infancia. Obviamente nadie dijo nada, en principio porque todos los adultos que había alrededor miraban para otro lado. Nadie nunca dijo: “están abusando de ti y eso es un horror”. Al contrario, lo que se dijo es “mamá tiene muchos problemas y no hay que hacer nada que la preocupe aún más”. O bien, “esto es un secreto, tienes suerte porque te amo, eres el más dulce de los niños del universo y por eso te he elegido”. Por lo tanto, incluso si nos ha acontecido algo bien concreto, algo doloroso, sufriente, lastimoso o hiriente; la conciencia no lo recordará.  Porque no hubo palabras. Entonces tampoco hubo una “organización” del pensamiento.  No fue posible “acomodarlo” en ningún estante mental ni emocional. Nos pasó algo pero es como si nunca hubiera pasado..

Otro artículo suyo mete ideas muy raras. Dice: Es preciso que sepamos en qué condiciones hemos nacido, cuál fue nuestra realidad cotidiana cada día y cada noche durante nuestra primera infancia. Tenemos que abordar con valentía y lucidez la reconstrucción de nuestras percepciones desde los ojos del niño que hemos sido. Tenemos que percibir el grado de desamparo, de falta de cuerpo, de falta de caricias y de comprensión que hemos experimentado por parte de los adultos que nos han criado. Y por supuesto también tendremos que reconocer cuáles han sido nuestros recursos para sobrevivir. Entonces sí, quizás estemos en condiciones de observar nuestra sexualidad adulta desde el punto de vista de la fusión emocional con un otro.

Por último, una nota que desliza un concepto bastante extraño: Estoy convencida que las revoluciones históricas se gestan y se amasan adentro de cada relación amorosa. Entre un hombre y una mujer. Entre un adulto y un niño. Entre dos hombres o entre cinco mujeres. En ruedas de amigos. En el seno de familias solidarias. Si no conocemos ninguna, es hora de ponernos esa responsabilidad al hombro.

Puede decirse entonces que Laura Gutman trató el tema en varias oportunidades. Que sus ideas son muy ambiguas y poco claras. Y en lo personal opino que pueden ser peligrosas.

Esta clase de cosas no son excepcionales. La "doctora" tiene un conjunto de ideas extravagantes, anticientíficas y en muchos casos oscurantistas. Veamos simplemente tres botones de muestra.

_Nuestra pelirroja amiga se opone a los partos en hospitales. Dice que lo más natural para las mujeres sería dar a luz en sus hogares, fuera de establecimientos médicos, a los cuales considera "patriarcales" y que sólo sirven para sembrar el miedo y convertir a la experiencia orgásmica del parto (!!!!) en un dolor. Puede leerse esa idea en este artículo o en este otro.

_Otro de sus artículos afirma que el ébola en realidad es algo inventado para que la gente tenga temor y bla, bla, bla. Y se anima a decir que la cura la tienen los curanderos con sus hierbas mágicas.

_Y finalmente, dice que el cuerpo humano está en armonía con el universo. Para citar sus propias palabrasLos seres vivos funcionamos en base a ciertos ritmos y pulsaciones. Algunas están tan presentes que ni siquiera nos damos cuenta: por ejemplo, el ritmo cardiaco o el ritmo de la respiración. Desde el primer signo de vida contamos con varios relojes internos que están en franca relación con los relojes universales: el fluir de nuestras venas en sintonía con el fluir de los ríos, los ciclos femeninos en armonía con los movimientos lunares y las mareas, los movimientos de los planetas, de las estrellas, de los vientos, de los climas, de los volcanes, acompasando nuestro flujo sanguíneo. Las  pulsaciones externas e internas marcan nuestro ritmo y nuestra energía vital. Sin ritmo, no hay vida. Podemos decir que es un entramado de “tic tacs” que se entrelazan y van conformando los complejos ritmos universales en los que estamos inmersos.

¿Con que nos encontramos entonces? Con ideas absurdas, sin ningún sustento, sin ninguna base científica seria y con muchos ribetes espirituales.


Gutman dice haber desarrollado un nuevo tipo de terapia al cual llama "metodología de la construcción de la biografía humana". No queda claro en que consiste ese método, ni tampoco es conocido para la comunidad médica. Pero evidentemente no es muy serio. Según las propias palabras de su creadora (subrayado y negritas agregados):

¿El encargado de interpretarla tiene que ser psicólogo? ¿Es necesaria una preparación previa?
No, no hay que ser psicólogo. En mi experiencia, los psicólogos suelen estar demasiado apegados a los prejuicios y teorías, y resulta más complejo que "cambien el chip" de sus pensamientos cristalizados. Pero obviamente, hay psicólogos interesados en la metodología de la construcción de la biografía humana. Por supuesto requiere una formación previa, además de una alta dosis de intuición, empatía y acercamiento humano.

Al parecer se basa en reconstruir el pasado. Aún con los pocos detalles que se tienen se puede avizorar que tiene toques de PNL, constelaciones familiares y regresiones a vidas pasadas (por ejemplo en este artículo suyo). En resumen, pseudoterapias sin ningún atisbo de seriedad científica o metodológica.

Para finalizar la psicóloga tiene también sus escuelas en donde enseña sus terapias. Una en Buenos Aires y otra en Córdoba, además de dar cursos online. En la escuela de Buenos Aires ella es la única encargada de dar clases y supervisarlas, y el objetivo de su curso es encontrar de entre todos los ingresantes a sus "elegidos", a aquellos que serán sus colaboradores cercanos. Así como suena. De ciencia nada.


Como conclusión puede decirse que el tema de los abusos sexuales a niños es solo la punta del iceberg. Las ideas de Laura Gutman son absurdas, peligrosas y pseudocientíficas, en tanto que la metodología que aplica en su escuela es muy poco profesional.

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